La afganización de Libia

La OTAN planteó la guerra en Libia como una operación quirúrgica, pero Gadafi sigue en el poder

En los pasillos de la OTAN se prepara desde hace varios años en el proceso de afganización de la misión en la que participan los 28 miembros de la Alianza y 20 más. La operación comenzó en 2001 y tras casi una década la OTAN se dio cuenta de que debía transferir el poder a las autoridades de Kabul con dos objetivos: abandonar el país sin más soldados muertos y facilitar que los que se quedan, los mismos de siempre, velen por su propia seguridad sin volver a convertirse en una amenaza,

No parece que ni la amenaza de Robert Gates, el secretario de Defensa de EEUU, que el viernes amenazó con ser el Brutus que asesine a la OTAN con la daga de la pasividad europea, vaya a sacar a la organización atlántica del limbo en el que se encuentra en Libia. Tras tres meses, la OTAN se ha dado tres meses más para hacer lo que nos dijeron que habían hecho en los primeros días: destruir la capacidad que Gadafi supuestamente mantiene para masacrar a su pueblo.

Ahora, el fantasma de Afganistán recorre Libia: el de una guerra emponzoñada sin vencedores ni vencidos que amasa cada vez más descontento social. Se expresa en algunos artículos de opinión:

Con el país dividido, los frentes más o menos estables, los barcos frente a la costa y unos cuantos misiles de vez en cuando, nos podemos pasar una buena temporada, mientras la población que íbamos a proteger sigue sufriendo. A todo esto, ¿cuál era el objetivo? ¿Para qué fuimos a Libia?

Noruega ya ha anunciado que cumplirá con la primera fase de la afganización de Libia: devolver a sus cazas a casa en agosto. La segunda ya ha comenzado. Una multitud de países que reconocen a una oposición con sede en Bengasi de la que no se fían demasiado. La situación de los dos países no es comparable, pero la eficacia de la OTAN, que prometía un aplastamiento de Gadafi en virtud del poderío militar y tecnológico de la organización, sí se parece bastante. Tanto que convierte a la dramática advertencia de Gates en casi una oportunidad.